Saber cuándo estas en el borde, ayuda a redefinir posicionamientos e intereses. Entender eso sin que los que están contigo lo perciban es un ejercicio de clarividencia y lucidez. Actuar sin que se te note para mejorar tu felicidad y la de los que ni siquiera conoces es convertirte en un artesano del arte. El camino ya lo tienes carcado...¡duro con él!
martes, 29 de octubre de 2013
martes, 22 de octubre de 2013
La remolacha no tiene quien le escriba
Se acabaron las cartas, y los días de visita. Ya nadie se acuerda de el aunque todos le nombran. La esperanza se tiñe del lodo imperceptible y certero que todo lo cubre. La risa se convierte en mueca, la mueca en soledad. Ya nadie le escribe porque nadie le recuerda. Tan solo el testimonio colectivo, que todos desdeñan por insistente permanece marcado a fuego en la retina de los pueblos. No quiero ni pensar qué hubiera sido de toda esa energía que se equivocó de polo. De esos magnetismos mal entendidos, fraticidas y bucaneros que se resistieron y aun se resisten a cambiar la polaridad. Orate frates, orate, por la remolacha que no tiene quien le escriba y que está a punto de sucumbir por el scotch brite de mi tuzuda realidad.
sábado, 19 de octubre de 2013
miércoles, 9 de octubre de 2013
tarde de pimientos
Hace 30 años repartí junto con unos amigos las guía de teléfonos de todo el pueblo. Descubrí escaleras insospechadas y el peso exacto de una pila de guías. También descubrí que en todas las casas olía a pimientos asados. Hoy, en mi casa también huele. Manjar de dioses con un chorrico de aceite de Barrankiel...que aproveche.
sábado, 5 de octubre de 2013
la sombra
Tenía posibilidades y por eso la elegí. Sus líneas no eran paralelas pero su color superaba con creces esa composición defectuosa. Tuve tiempo de tratar con ella lo suficiente para presentarla en sociedad y quedé satisfecho del resultado final. Y aquí está.
jueves, 3 de octubre de 2013
seis 10-14-9-10 amarillo
Con mi primo Kinke jugaba al fútbol con chapas de Nik, Kiwi, Cocacola o tónica Schweppes. El balón era un garbanzo y el campo el cuarto de estar de su casa que era de madera a cuadradicos y se marcaban bien los fueras de bandas. Después hacíamos carreras de carreristas, normalmente el Kas contra el Fagor. A veces nos pedíamos ser el Faema. Después nos dejaban ver un poco de Locomotoro, Valentina y el Capitán Tan y cada mochuelo a su olivo. El otro día eché un partido con Miren y me la gocé más que ella. Creo que he descubierto una nueva terapia.
martes, 1 de octubre de 2013
llueve en colores...
...y yo estudiando la psicología del color como si en mi extraño punto cromático tuviera el santo grial de tu paraguas